Good Bye Lenin!, 2003

Chistine Kerner es madre de dos niños, Alex y Ariane. Su padre habría abandonado a su familia tras conocer a una mujer de Alemania Occidental y escaparse con ella, cuando ellos eran pequeños. Christine se dedica devotamente a sus hijos y a su actividad como militante en el partido de la República Democrática Alemana.
Corre el año 1989, es la víspera de la caída del muro de Berlín, y un centenar de hombres y mujeres marchan contra el muro y el régimen totalitario gobernante, entre ellos, Alex, quien es golpeado y detenido por un policía. Christine presencia la situación y sufre un infarto que la deja inconciente en estado de coma.
Durante el sueño de Christine, Alex la cuida con esperanza de que pueda salir de su estado inconciente.
Ocho meses más tarde, Christine despierta en un país muy distinto al que amaba, tras la caída del muro, la Reunificación alemana y el triunfo del capitalismo.
Pero la salud de la mujer es muy frágil y Alex sabe que la profunda desilusión que sufriría si se enterase acerca de la caída de la RDA podría afectarla irreparablemente e incluso matarla. Decide entonces llevar a su madre a casa e intentar que nunca sepa lo sucedido.
Alex evita el contacto de Christine con la radio y la televisión y pide a sus amigos que la visiten y hablen con ella como si nada hubiese pasado, fingiendo que todavía Alemania Oriental es socialista. Alex graba programas informativos falsos e intenta darle explicaciones a los indicios de cambio que su madre va descubriendo.
La mentira se torna cada vez más difícil de sostener para Alex, que además no es apoyado totalmente por su novia, ni por su hermana, quienes preferirían decir la verdad.
Un día, en la casa de campo de los Kerner, Christine revela algo que ocultó y tergiversó desde que sus hijos eran pequeños. Su padre no se habría escapado a la Alemania Occidental con otra mujer, sino que habría tenido que irse porque en su trabajo sabían que no era simpatizante de la RDA y ella se negaba a abandonar su país, dejándolo solo. La mujer confiesa su profundo arrepentimiento y los deseos de volver a verlo una vez más.
Hacia el final, Christine sufre otro infarto y es internada. Alex va en busca de su padre, para pedirle que visite a su madre por última vez, ya que le queda poco tiempo de vida. Tres días antes de su muerte, Alex le muestra una última cinta grabada, donde se festeja un nuevo aniversario de la RDA y un acuerdo entre ambo regimenes alemanes, donde parte de los ciudadanos occidentales se mudan hacia oriente por compartir sus ideales y tener la voluntad de trabajar por la construcción de un mundo socialista.
Christine muere en el mundo por el que ella había trabajado, gracias a su hijo.
Fuerzas puestas en juegoEn Good Bye Lenin! se oponen los deseos de Alex a la expansión del capitalismo en la Alemania Oriental.
El objetivo del protagonista es proteger a su madre, en un estado de salud delicado, de la conmoción que puede provocarle saber que su país se ha Reunificado y que el occidente avanza sobre la Alemania socialista.
Mientras tanto, el capitalismo se expande día a día en territorio de Alemania Oriental. Los tradicionales productos de fabricación local son reemplazados casi automáticamente por productos importados, el logo de la marca Coca-cola invade todos los rincones de la vía pública, reemplazando los símbolos y banderas de la RDA.
Las fuerzas de acción se encuentran, combaten y resisten en los innumerables intentos de Alex por ocultarle a su madre la verdad del cambio socio-político de su país, haciendo que el conflicto vaya creciendo paulatinamente a medida que la salud de Christine mejora y ella se va impacientando por recuperar su vida normal y volver a tener pleno contacto con el mundo exterior.
Por otro lado, avanzado el film, aparece una verdad oculta desde la infancia de Alex. Su madre confiesa a sus hijos los motivos por los cuales su padre ya no vive con ellos. Christine les explica que en realidad ella abandonó a su marido, y le negó su apoyo cuando fue delatado por sus empleadores, perseguido por la RDA y obligado a abandonar la Alemania Oriental. Se aviva en este momento un conflicto secundario (ya que no es fundamental para el avance la historia principal), pero que exigirá la toma de una decisión por parte de Ariane y su hermano. Ariane resuelve no reanudar el contacto con su padre, mientras que Alex va a buscarlo, para pedirle que visite a su madre y así cumplir su última voluntad.
Puesta en escena
El film trabaja sobre la idea de “ostalgia”. El término alemán “Ostalgie” se refiere a la nostalgia de aspectos de la cultura y la vida diaria en la RDA que desaparecieron tras la Reunificación de Alemania. Es un acrónimo de las palabras “Ost” (Este) y “Nostalgia” (nostalgia).
La puesta en escena de Good Bye Lenin! en su totalidad contribuye a reconstruir la ciudad de Berlín de los años 80´.
El diseño de arte de la película recrea su arquitectura, propagandas y modos de vestir. El vestuario que Alex usa antes y después de la caída del muro es, entre otros, un indicio concreto de la repentina transición de una Alemania socialista a una capitalista. Las camisas de trabajo típicas, mutan en uniformes vistos llenos de escudos de la empresa y sus respectivos y, en ocasiones, ridículos colores corporativos, como el uniforme de Burguer King que viste Adriane o la camiseta estampada que Denis usa para trabajar instalando antenas de tv satelital junto a Alex. Aparecen las antes impensadas remeras con marcas y motivos que apelan a otras culturas, como la norteamericana.
Del mismo modo, la decoración de los hogares se moderniza, el aspecto de la ciudad se ve realzado por los chirriantes colores de los nuevos afiches publicitarios, los grises y verdes de la Alemania Socialista van desapareciendo y abren paso al rojo Coca­-Cola. Los supermercados llenan sus estanterías con productos importados que jamás habrían podido ser vendidos en la RDA.
En lo que al diseño de banda sonora se refiere, se puede destacar el tratamiento que reciben los distintos ambientes, según el momento y el lugar. En las primeras escenas del relato, dentro de la casa, los ambientes están construidos principalmente en base al sonido de la televisión prendida, aunque nadie la esté mirando, la radio y las marchas de la gente que se escuchan desde la calle. Una vez que Christine es llevada de nuevo a su casa, dentro de su habitación las escenas carecen de sonido ambiente, solo se escuchan los diálogos, el folley y el sonido de la televisión en aquellos momentos donde se le está prestando atención. Esta característica se puede relacionar con la intención de Alex de mantener aislada a su madre del entorno. Solo en el minuto 46, Christine oye el sonido de la televisión encendida del vecino y se inquieta porque reconoce que pertenece a un canal occidental, por lo que estaría funcionando como efecto sonoro y no como ambiente.
Un tratamiento similar recibe el ambiente de una de las escenas finales del film, cuando Christine confiesa la verdad acerca de la huída de su esposo a Alemania Occidental. Alex, Lara, Christine, Ariane y su pareja están disfrutando de un tarde en una casa de campo en las afueras de la ciudad. El sonido ambiente está construido con cantos de aves en primer plano, sonidos de otros animales en un plano muy lejano y el sonido del viento moviendo las hojas de los árboles. En el momento en que Christine comienza a relatar lo que ocurrió en realidad con el padre de sus hijos, el ambiente ya no se escucha con tanta claridad, pierde potencia, llevando al diálogo a un plano de mucha más importancia y generando tensión. Finalmente, Christine admite que no haber acompañado a su esposo fue la mayor equivocación de su vida. Ante estas palabras el sonido ambiente desaparece por completo. Surge, al igual que en las escenas de la habitación de Christine, una sensación de aislamiento, donde desaparece el entorno, el contexto y solo existe aquello que está sucediendo en ese momento, en este caso, la revelación de una verdad fundamental para la familia.El tema musical principal que comparte el título con el film (Good Bye Lenin, de Yann Tiersen, el mismo compositor de la música de Amelié), aparece en varias escenas del relato, a modo de Leit Motiv. El solo de piano en la introducción de la pieza musical, remite a la idea ostalgia por las cosas buenas del pasado que quedaron en el imaginario de muchos ciudadanos que vivieron la Reunificación Alemana, pero también de nostalgia, por ejemplo, en la escena donde Ariane le cuenta a Alex sobre el encuentro con su padre en Burguer King. Este momento también es acompañado por el solo de piano del tema Good Bye Lenin!.
Retomando la idea de “Ostalgia”, vemos en los títulos de crédito una clara alusión a dicho concepto. Son imágenes con una estética de cámara filmadora vieja, como podría ser una super 8 casera, que retratan momentos felices de la niñez de Alex y Ariane y algunas imágenes de la ciudad de Berlin en la década del 80. Al final, el busto de Lenin, acompaña el título del film.
Los siguientes 6 minutos del film muestran algunos episodios de la infancia del protagonista, entre ellos, la huída de su padre a occidente y los problemas psicológicos de su madre.
En el minuto 16 el relato muestra su primer punto de giro, la entrada en coma de Christine. A partir de ese momento, la narración se acelera ayudada por el sumario de los acontecimientos ocurridos durante el sueño de Christine. Gaudreault explica en “El relato cinematográfico”, que el sumario es una técnica que se utiliza en la construcción de relatos para resumir un tiempo diegético que suponemos más largo. Así, el montaje opera en este caso de un modo dinámico, acelerando el ritmo de la narración y mostrando los cambios más importantes por los que atraviesa Alex y su sociedad con la llegada del capitalismo, cómo muta el modo de vida de su propia familia y el comienzo de su relación con Lara, la estudiante de enfermería Rusa que atiende a su madre.
Por otro lado, el montaje incluye imágenes de archivo reales tomadas de distintos medios de la época y las integra con las imágenes de la diégesis de la película, ocultando sus orígenes diferentes, para reconstruir la caída del muro de Berlín.
En el minuto 29 despierta Christine y aparece lo que Egri llama punto de ataque, el momento donde Alex debe tomar una decisión respecto de qué hacer con su madre. A pesar de las opiniones médicas y de su hermana, resuelve llevarla a casa e intentar por todos los medios que no se entere que el muro ha caído y que ahora Alemania Oriental es capitalista. Aquí comienza el conflicto anteriormente descrito.
A partir de este momento comienzan los intentos de Alex por proteger a su madre de la nueva realidad social alemana. Nuevamente el ritmo del montaje se acelera y por momentos toma la forma de sumario para señalar los diferentes obstáculos que debe sortear el protagonista. Los supermercados han cambiado completamente su mercadería y Alex tiene que reconstruir antiguos frascos y etiquetas para llevar a su casa.
En la siguiente hora de película, el montaje irá alternando imágenes de Alex intentando sostener la situación ficticia que construyó para su madre, a pesar de las crecientes dificultades que se le presentan, mientras desarrolla también otras subtramas como la relación del protagonista con Lara o la de Ariane con su nueva pareja y su hija.
A los 12 minutos de la segunda hora de película, Ariane le cuenta a Alex sobre el encuentro fortuito con su padre ocurrido mientras trabajaba en el local de comida rápida. Esta escena funciona como anticipo a la revelación de Christine que se desencadenara unos 20 minutos más tarde, casi llegando al final del film.
El conflicto se resuelve con la muerte de la madre de Alex. Si bien el film sugiere que, hacia el final, Christine sabe que ha caído el muro y que su hijo habría estado montando una ficción en torno a ella para proteger su estado emocional, también deja claro que el protagonista cumplió su objetivo. El recurso de la voz en off utilizado durante toda la película da al relato el aspecto de diario personal. Una de las últimas frases de su narración en off lo afirma: “El país que dejó mi madre era el país en el que ella creía, un país que en mi recuerdo siempre asociaré con mi madre”. Estas palabras se escuchan sobre una secuencia de imágenes que ya han aparecido en los títulos de crédito: una filmación casera en super 8 de Alex y Ariane con su madre cuando eran niños. A partir de esto, se puede concluir que la lucha de Alex por construir una Alemania ficticia donde su madre pueda sentirse conforme, es también la lucha por cumplir su propio deseo de verla feliz los últimos días de su vida.