CACHÉ, de Michael Haneke



Después de muchos meses de abandono, La nave en el ojo vuelve a las andanzas analíticas con una peli que tienen que ver (para luego leer el análisis porque sino es un bajón): Caché, de Michael Haneke. Para que este texto no sea tan denso como el anterior, lo dividí en 4 partes, así que de última leen una, se van a comer algo, leen la otra, se bañan, leen la otra, duermen una siesta y leen la última =)
Que les sea leve!

Caché y la temática (poética?) del autor
“Mis películas están planteadas como declaraciones polémicas contra la cinematografía estadounidense y su dejar de otorgar poder al espectador”.
Haneke

Entre sus temas recurrentes se encuentra la introducción de una fuerza malévola en la confortable vida burguesa.
Haneke denuncia una “mala conciencia” social, producto de la omnipresencia del dolor mundial en los medios de comunicación. Para explicar este concepto dice: “el mundo no estaba mejor que ahora, pero se sabía menos. Hoy en día lo vemos permanentemente”
. Sostiene que los medios manipulan estas imágenes eligiendo las más espectaculares e impactantes, especialmente las cadenas de medios de los países ricos, y que esto aumenta su sentimiento de culpa. Agrega “Pocas veces he sido testigo de actos violentos en mi vida. Sin embargo, cuando miro la tele, puedo pensar que la violencia está por todas partes”
En su película Caché, el autor plantea como tema central la culpa. Para él, este sentimiento es imposible de sortear, porque se encuentra implantado en nosotros a través de la cultura y, más concretamente, de la influencia judeocristiana en los países occidentales. Considera la culpa también como un problema filosófico que no pretende resolver, sino más bien mostrar, hablar de él. Oriundo de la Europa occidental, admite que su sociedad vive del lado de los que se apoyan en el hombro del otro y lo explotan. El personaje de George Laurent representa fuertemente como individuo aquello que Haneke critica en la sociedad, él explica: “El comportamiento del personaje interpretado por Daniel Auteuil, cuando se toma dos pastillas para dormir, es más o menos el de la mayoría de nosotros frente a la mala conciencia que sentimos por el resto del mundo. Cada uno escoge qué pastilla tomar. Algunos dan dinero a organizaciones caritativas. Pero en cuanto se habla de algo concreto, el número de personas se reduce radicalmente.”